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SEÑALIZAN SITIO HISTÓRICO Y DE CONCIENCIA EN PARAGUAY

El miércoles 12 de diciembre de 2018, se realiza la ceremonia de señalización como Sitio Histórico y de Conciencia al edificio de la ex Dirección Nacional de Asuntos Técnicos del Ministerio del Interior de Paraguay, lugar que entre 1956 y 1992 fue conocido como “LA TÉCNICA”. Durante la dictadura stronista funcionó ahí una institución oficial especializada en interrogatorios a disidentes políticos, ciudadanos sin militancia, campesinos, campesinas, estudiantes y toda persona que fuera señalada por un delator pagado (o pyrague).

Los interrogatorios fueron la especialidad de “La Técnica”, obedeciendo al mandato de la política intervencionista del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional que, en Paraguay, se concretó en acciones específicas de Terrorismo de Estado.

En el edificio, se consideraban “asuntos técnicos” a los procedimientos que servían para  procurar “la verdad” sobre supuestos atentados a la autoridad. Al considerarse que esta “verdad” debía ser obtenida por medio de nuevas estrategias, escritas en los Manuales de la CIA y que incluyeron tortura física y psicológica, tratos crueles, inhumanos y degradantes; las “técnicas” se enseñaban en la propia Escuela de Policía de Asunción y en otros despachos oficiales. Durante dos años, el abogado y coronel estadounidense, Robert K. Thierry, impartió estos cursos a grupos de élite de la Policía y las Fuerzas Armadas, especialmente concentrados en este edificio. Los policías formados por él, recorrieron el país con sus valijas de madera, cables, sujetadores y picanas para demostrar su eficiencia en varias campañas. Más tarde se integrarían, junto a otras fuerzas de seguridad de los países del Cono Sur, al denominado Plan Cóndor.

Se ignora el número de personas que fueron víctimas de desaparición, torturas y asesinatos en este sitio. Existe un listado que fue hallado en el conjunto de documentos que conforman el archivo de la Policía Política de la dictadura, llamados “Archivos del Terror”, que fueron encontrados entre el 22 y 24 de diciembre de 1992, en allanamientos realizados por el Juez José Agustín Fernández y la Comisión Bicameral de Ilícitos del Congreso Nacional.

Poco más de tres años después de finalizar la dictadura de Alfredo Stroessner, quien ocupó el poder a lo largo de 35 años entre agosto de 1954 y febrero de 1989, este departamento de la policía fue cerrado. El 12 de diciembre de 1992, en tiempos de democracia, el Ministro Estigarribia dio por finalizadas sus funciones, modificando el recinto y sacando evidencias sobre su actividad durante la dictadura. Así, en el edificio se instaló la nueva Dirección de Derechos Humanos del Ministerio y más tarde, el 22 de diciembre de 2005, fue ubicado en este lugar el Museo de las Memorias: Dictadura y Derechos Humanos, que había empezado a funcionar en otra sede, desde diciembre de 2002, a instancias de las víctimas y defensores. La Fundación Celestina Pérez de Almada logró definir su propuesta museológica interpretando el sitio histórico, para llevar adelante en el lugar una labor educativa principalmente dirigida hacia las nuevas generaciones y orientando su trabajo a la no repetición de las graves violaciones a los derechos humanos acaecidas durante el período dictatorial.

El Museo es muy concurrido y cuenta con amplio reconocimiento nacional e internacional. Éste ofrece un programa educativo de formación en Historia Reciente y Derechos Humanos, que se realiza mediante visitas de grupos de estudiantes secundarios y universitarios acompañados de sus profesores.  Las víctimas y familiares acuden al lugar a buscar datos e información que contienen los listados provenientes de organizaciones de la época y del Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia. El programa cultural se dirige fundamentalmente a la reparación histórica y social, cumpliendo con las definiciones de la Mesa de Memoria Histórica. Permanentemente, el lugar es utilizado para realizar acciones que visibilizan a actores y protagonistas de hechos significativos de la historia reciente paraguaya, mediante conferencias, conversatorios y talleres. Especialmente, se favorecen todas las acciones que permiten apoyar a las y los familiares en la búsqueda de personas que fueron detenidas desaparecidas. Todo este trabajo en el Museo se realiza con mucha entrega de su personal y sin asignación presupuestaria específica para su funcionamiento.

La Declaración Patrimonial y señalización como Sitio Histórico y de Conciencia implican un reconocimiento del Estado paraguayo respecto a la necesidad de su preservación, que debe incluir la definición de un programa y proyectos de preservación integral que cuenten con la asignación presupuestaria necesaria para desarrollar las acciones arqueológicas, de investigación, mantenimiento, definición de uso y gestión necesarias para continuar esta puesta en valor y su uso educativo para la sociedad paraguaya.

La puesta en valor y protección de los denominados Sitios de Memoria es particularmente necesaria para garantizar el derecho de las víctimas y la sociedad a la verdad. Por otra parte, siendo un deber del Estado el de garantizar el ejercicio de las memorias colectivas de las víctimas y los grupos sociales, es necesaria su actuación comprometida que permita garantizar el uso social de estos espacios como lugares para la construcción y difusión de las memorias.

Paraguay, 10 de diciembre de 2018

Texto: Museo de las Memorias: Dictadura y Derechos Humanos